¿Alguna vez has estado en una relación con una persona que hizo palpitar tu corazón?
¿Quién hizo que se te doblaran los dedos de los pies?
¿Quién te dio mariposas?
Química.
No hay sensación como esa.
Tus ojos se encuentran, tus manos se tocan y de repente te consume una nueva pareja.
Vives para el presente, sueñas con un futuro y tu corazón supera a tu cabeza.
Todo lo que sabes es que no cambiarías este sentimiento por nada en el mundo. Si esto es lo fuerte que puedes sentir, ¿por qué conformarte con algo menos?
Entonces sucede.
Empiezas a pelear.
Te enteras de que es celoso, controlador, irresponsable o poco ético.
Él comienza a alejarse.
Empiezas a caminar sobre cáscaras de huevo.
No sabes dónde estás parado.
Cuando hablamos de estar “enamorados”, a menudo nos referimos a un sentimiento, a diferencia del vínculo duradero que se experimenta entre dos personas durante un largo período de tiempo.
Anhelas el sentimiento puro que tenías antes, pero pasas más tiempo preocupándote que sintiéndote en paz con tu relación.
Y luego termina.
Te dice que necesita espacio.
Él te dice que quiere ver a otras personas.
Él te dice que no está bien.
O, quién sabe, tal vez no te lo diga en absoluto. Tal vez simplemente se desvanece.
Todo lo que sabes es que lo dejaste entrar en tu corazón y te enamoraste.
¿O lo hiciste?
Quiero decir, sí, lo amabas intensamente, incondicionalmente, con todo tu ser.
Y sí, dijo que te amaba y, por un tiempo, nunca te sentiste más conectado con otro ser humano.
Pero, ¿realmente pasa esto la prueba del amor verdadero?
No según mis estándares. Y probablemente no por el tuyo.
El amor no huye. El amor no es celoso. El amor no engaña. El amor no es cruel. El amor no te hace sentir mal contigo mismo o inseguro sobre tu futuro.
El amor perdura.
Cuando hablamos de estar “enamorados”, a menudo nos referimos a un sentimiento, a diferencia del vínculo duradero que se experimenta entre dos personas durante un largo período de tiempo.
Si has confundido la pasión de estar “enamorado” con el amor verdadero, no estás solo. Toda mi práctica de coaching de citas está diseñada para ilustrarte cómo has estado cometiendo los mismos errores de forma natural durante toda tu vida y cómo corregir el rumbo al instante.
Ahora, al leer mi material, sabes que tengo un montón de pensamientos desafiantes sobre el amor, pero esta teoría de «Química versus amor» no es algo que saqué de la nada. Incluso Wikipedia respalda esto:
“La lujuria es el deseo sexual apasionado inicial que promueve el apareamiento e implica una mayor liberación de sustancias químicas como la testosterona y el estrógeno. Estos efectos rara vez duran más de unas pocas semanas o meses”.
Supongo que probablemente has experimentado esto. La gran pasión que se siente tan bien, pero que a menudo se detiene. Probablemente también hayas experimentado esto:
“Estudios recientes en neurociencia han indicado que cuando las personas se enamoran, el cerebro libera un determinado conjunto de sustancias químicas… que actúan de manera similar a las anfetaminas, estimulando el centro de placer del cerebro y provocando efectos secundarios como aumento del ritmo cardíaco, pérdida de apetito y sueño, y una intensa sensación de excitación. Las investigaciones han indicado que esta etapa generalmente dura de un año y medio a tres años”.
Sí. Aquí es cuando se desvanece toda la emoción y la novedad de una relación apasionada.
Cuando el sexo ya no es emocionante. Cuando estás encontrando defectos con tu pareja.
Cuando luchas por recordar lo increíble que fue en los primeros meses. Dice Wikipedia:
“Dado que las etapas de lujuria y atracción se consideran temporales, se necesita una tercera etapa para dar cuenta de las relaciones a largo plazo. El apego es el vínculo que promueve relaciones que duran muchos años e incluso décadas. El apego generalmente se basa en compromisos como el matrimonio y los hijos, o en la amistad mutua basada en cosas como intereses compartidos”.
Ah La tercera etapa.
La tercera etapa es la que determina si tu pasión realmente se convierte en el amor que dura toda la vida. Si mira hacia atrás, es posible que se sorprenda al descubrir que toda su lujuria y atracción NO ha resultado en relaciones estables, felices y duraderas.
Es curioso cómo funciona eso.
La razón por la que comparto esto contigo no es para convencerte de que nunca has estado realmente enamorado (aunque es posible).
Lo que me gustaría que consideraras es que los EFECTOS de la lujuria y la atracción han estado DAÑO tus posibilidades de encontrar el amor.
Lo que notará es que cuando se siente increíblemente atraído por alguien, todos sus poderes de pensamiento crítico desaparecen inmediatamente.
Por eso aguantarás a un hombre que solo te llame una vez a la semana, a un hombre que no te llame novia después de tres meses, a un hombre que no te proponga matrimonio después de tres años.
Cuando te sientes increíblemente atraído por alguien, todos tus poderes de pensamiento crítico desaparecen inmediatamente.
Si estuvieras pensando críticamente, nunca tolerarías esto, pero no es así. Estás bajo los efectos biológicos de la lujuria y la atracción, lo que se conoce como «química».
Y todo lo que estoy señalando es que si bien la química es un sentimiento increíble, de ninguna manera es un predictor sólido de tu futuro. Es literalmente solo un sentimiento. Un sentimiento que enmascara los peores rasgos de tu pareja y te permite aguantarlos.
Entonces, en lugar de perseguir la química a costa de tu propia salud mental, tómate un segundo para darte cuenta de que si sientes ese sentimiento elevado, es probable que estés ignorando algo fundamental que luego te romperá.
No tienes que confiar en mí. Solo recuerda la mejor química que hayas sentido y piensa en cómo terminaron esas relaciones. Pregúntate si quieres estar en otra relación en la que siempre estés peleando y nunca te sientas seguro en tu futuro.
Supongo que no.
Si quieres encontrar el amor, un amor que perdure, tienes que encontrar un camino nuevo al que has estado usando toda tu vida.
Comienza por distinguir entre química y amor, y estarás en camino. Y si necesitas una mano amiga, para eso estoy aquí.
A veces puedes ser la mujer más inteligente del mundo y aún así tener puntos ciegos.